Segundo hijo en camino

Instalados ya en la nueva casa de la sierra a pocos meses del nacimiento de Jesús, comenzamos una nueva etapa.

Salía de cuentas el 4 de noviembre, pero se hizo de rogar y la noche del 6 de noviembre empezaron las contracciones, vivíamos lejos del hospital y la logística familiar nos obligaba a pasar por casa de los abuelos para dejar al hermano" mayor "(15 meses tenía), según íbamos de camino me daban contracciones y yo iba haciendo las respiraciones oportunas, pues el hermano mayor se unió a mis respiraciones y ahí estábamos los dos, oxigenando al hermano, ese fue su primer acto de solidaridad con su hermano pequeño, luego vinieron muchos más.

Ser hermano mayor es difícil, pero también es una alegría y Junior sabe hacer su papel muy bien.

El parto trascurrió muy tranquilo, la epidural dejó  de hacer efecto en el expulsivo pero estaba con fuerzas para empujar, y fue cuando descubrí esa sensación, ya os conté en el parto anterior que no sabía  cuándo  empujar debido a los efectos de la epidural.

Fue un momento maravilloso, Jesús salió rosita, guapísimo, que lo decían las enfermeras que conste jejejeje.

Ese par de minutos que trascurren después del nacimiento de un hijo es imposible de olvidar, me acuerdo de cada uno de ellos y de sus caritas.

Pesó 3,800 kg y midió 52 cm, buenísimo que era, nosotros tenemos una teoría, según pase la primera noche después de nacer, así serían las siguientes.

Y con Jesús volví a cometer el mismo error con la lactancia y me dejé llevar por los comentarios que me rodeaban y  a los cuatro meses lo dejamos, pensando que no le alimentaba lo suficiente, cansada de oír que mi leche no le alimentaba, que tenía vicio y un largo etcétera. 

Qué suerte tenemos ahora, que con un simple clic tenemos la información al alcance de nuestra mano.

Llegamos  a casa y a enfrentarse a dos bebes...

¿Es duro ? sí, pero volvería a repetirlo, esa experiencia me gustó mucho. Ahora visto desde el tiempo pasado, es lo mejor que hicimos para ellos, son hermanos, amigos y confidentes.

No sé  si lo habéis notado, pero ser madre es lo mejor que me ha podido pasar en la vida.

La calidad de vida queda al margen de lo que  siento.

Es agotador, sacrificado, y todo lo que se os ocurra, pero merece la pena.

Aborto tardío

Tal día como hoy, hace tres años acudía al hospital con una sensación muy mala, durante la noche me había hecho pis tres veces seguidas y no era capaz de controlarlo, la sensación de que algo iba mal  (estaba embarazada de 22 semanas), se confirmó en cuanto llegamos: "Tiene usted la bolsa rota, a lo largo de la noche se pondrá de parto". Diagnóstico un aborto tardío, así me ingresaron, y me dijeron que como no estaba en la semana 25 no harían nada por mi hija, que ella no era la paciente.
Me subieron a la habitación para ir viendo la evolución de las contracciones, esa madrugada fue horrible, asumir que volvíamos a perder otra hija no cabía en mi cabeza, no era justo, siete meses antes moría Carmen en el parto.
Fueron pasando las horas y no me ponía de parto, ni una sola contracción, en el cambio de turno decidieron dejarme ingresada y ver la evolución, analíticas cada 48 horas, control de constantes y temperatura tres veces al día. No hicieron nada más.
María era un bebé de 22 semanas que pesaba 390 gr, pero no era considerado nada, si nacía, sería  un desecho hospitalario, aunque su corazón latiese.
A veces me pregunto que hubieran hecho si me hubiese puesto de parto en ese momento y ella naciese con vida.
¿En qué  momento pasamos a ser personas? Jurídicamente hasta que no pasan 24 horas de vida separada del cuerpo de la madre.
Pero y ¿Humanamente?  Está comprobado científicamente que el corazón empieza a latir a los 16 días de la concepción, y el sistema nervioso es el primero que se forma, o sea que ¿Todo lo que se le haga le duele, o no? Evidentemente a mi no me va a doler físicamente lo que le hagan porque es otro cuerpo ajeno al mío, ¿no?
23 días de agonía, en el que cada día tenía  que escuchar: "si no llegas a la semana 25 no hacemos nada por el bebé, tú  eres nuestro paciente". 
Conseguimos  llegar a la semana 25 y ese mismo día  escuché  las palabras de la ginecóloga: "tranquila ya hemos llegado a la semana 25, tenemos bebés más  pequeños que la tuya en neonatos y salen adelante". Ese día por la tarde me empecé a sentir mal, y me puse de parto, María nació con 800 gr de pura energía (lo que vino después es digno de otra entrada).
Durante esos 23 días de ingreso, los médicos no hicieron nada por ella, así que tiene mucho mérito, solo controlarme las constantes y recordarme que no harían nada (Luego en neonatos descubrí que algo si habrían  hecho ) pero el miedo y la angustia estaban.
Vives en dos mundo paralelos, en una parte te dicen que no van a hacer nada, pero llegas a neonatos y ves como se vuelcan por completo en que tu hijo salga adelante(repito que esto es digno de otra entrada).
"Cada vida importa"Elige amor y nunca jamás dejes que le miedo se ponga en contra de tu corazón.