miércoles, 24 de mayo de 2017

Dos Hijos y una gran crisis

Instalados en la casa de la sierra estuvimos tan solo dos años, dos terroríficos años para nuestro matrimonio que entró en una gran crisis, apenas nos veíamos, y yo enfrascada en dos bebés muy pequeños, se me caía el mundo encima.
 Íbamos de mal en peor y llegado un punto decidimos apostar por la familia, vendimos la casa y nos fuimos a vivir a Madrid centro, más  cerca del trabajo y así empezar a recomponer lo que estaba a punto de romperse, fue una etapa muy dura, de desconfianzas, dudas, pero con mucho amor por medio. En ese trance me volví a quedar embarazada, en la revisión de las ocho semanas, nos dijeron que no había latido cardíaco, otra vez volver a pasar por esa pena, me hicieron un legrado y de nuevo a lidiar con las emociones, pero había un atenuante. Tenía  muchísimos dolores, volvía a urgencias cada dos por tres, porque algo no debía de ir bien, me decían que había coágulos, pero que todo estaba bien, pasados dos meses del legrado tuve una gran hemorragia y al ir al hospital me tuvieron que hacer un legrado de urgencias, diagnóstico: restos embrionarios, no supimos si era otro embarazo distinto o restos que se dejaron en el aborto anterior.
A partir de ese mes nos pusimos manos a la obra para aumentar la familia, me sentía recuperada y con muchos ánimos de ampliarla, pero entramos en una época de secano y el positivo no llegaba, tardamos cerca de un año en tener otro positivo y llegó pero empecé a manchar de nuevo, nuestro mundo se hundía de nuevo, pasar otra vez por lo mismo era desesperante, llegamos a urgencias y nos dijeron que no había latido cardiaco que nos fuéramos a casa y que el jueves volviera para practicarme otro legrado, lo que lloré  no lo sabe nadie, solo aquel que lo ha vivido puede llegar a  entenderlo. Llegó  ese jueves y para sorpresa de todos al hacerme la ecografía nos dijeron que si había latido cardíaco, así que me mandaron medicación y reposo mucho reposo (os recuerdo que tenia dos hijos de tres y cuatro años así que poco reposo podía hacer) pero bueno, se hizo lo que se pudo, a partir del cuarto mes de embarazo empezaron las contracciones, medicación a toda máquina para frenar lo inminente, fueron unos meses complicados pero conseguimos aguantar casi hasta el final y llegó Andrés.

El día que nací yo

Dicen que la forma de nacer marca nuestra vida. Pues mi madre me cuenta como nací yo, estaba pasada de cuentas y se había ido a hacer la ...